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Las profecías bíblicas señalan un buen número de acontecimientos precedentes a la segunda venida de Cristo a la tierra. La mayor parte de esas profecías se cumplieron ya, o se cumplen en nuestros días; y ante tales acontecimientos, algunas personas creen al evangelio y ordenan sus vidas, obedeciendo a los mandamientos de Dios, pues están seguros de que lo que falta por cumplirse, a su tiempo se verá cumplido. En cambio, la mayoría de los humanos, aunque también ven estas cosas, no las advierten, no entienden, no se aperciben.
Para las primeras este mensaje no es necesario; las segundas quizá no lo puedan entender. Va dirigido a un grupo intermedio; a los que ven, creen y tienen el propósito de aceptar el plan de salvación, pero están dejando para más tarde el obrar como desean.
¿No saben ustedes que antiguamente sólo el pueblo de Israel tenía oportunidad de salvación? Las demás naciones y razas (gentiles) estábamos excluídos de la salvación hasta que Jesucristo nos abrió la puerta de la gracia. Esta oportunidad para los gentiles comenzó cuando los judíos fueron dispersos por todo el mundo, hace cerca de veinte siglos, y terminará cuando los judíos sean recogidos nuevamente a su tierra.

«Y cuando se acabare el esparcimiento del escuadrón del pueblo santo, todas estas cosas serán cumplidas.» Dan.12:7.
«Y [los judíos] caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas naciones: y Jerusalem será hollada de las gentes, hasta que los tiempos de las gentes sean cumplidos.» Luc.21:24.
«...el endurecimiento en parte ha acontecido en Israel hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo...» Rom.11:25 y 26

Hace ya algunos años que los judíos están regresando a su tierra, y después que la gracia sea quitada de los gentiles, todos los esfuerzos que ustedes hagan por salvarse serán inútiles, pues no encontrarán el lugar de arrepentimiento. Consideren con cuanto dolor y desesperación tocaron a la puerta del arca los contemporáneos de Noé, después que Dios cerró la puerta. Gén.7:16. No duerman ustedes como las vírgenes fatuas. Mat.25:13. Hay peligro para los que dan excusas diciendo: «hoy no, mañana será mejor», pues además de que la puerta de la gracia en general será cerrada en cualquier momento, Dios puede cerrarla en particular a los que no entran después de una y otra llamada.
Yo me sentí triste al saber de una anciana que intentó tomar la cruz, y no pudo; algún tiempo atrás ella pudo haberlo hecho, pero esperó demasiado. También vi, con gran dolor, a un moribundo queriendo ser bautizado, pero las dificultades de última hora le impidieron entrar a las aguas. Muchos, aun viviendo, han sido desechados por el dedo de Dios.
No olviden que antes que vuelva Cristo se verán grandes señales en el cielo, pero antes que sucedan estas últimas cosas, se cerrará la puerta, y ustedes no saben si será dentro de un minuto.

Ev. B. Luis, Cienfuegos, 1963